domingo, 28 de abril de 2013



Conoce los valores 

Decencia: El valor que nos recuerda la importancia de vivir y comportarse dignamente en todo lugar.
El valor de la familiaEl valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia.
MagnanimidadEl valor que nos hace dar más allá de lo que se considera normal, para ser cada día mejores sin temor a la adversidad o a los inconvenientes.
 AmorTodos lo necesitamos, todos podemos darlo. Sin él nuestra vida pierde sentido.
ObedienciaLa obediencia es una actitud responsable de colaborac ión y participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia y el trabajo productivo.
Sencillez: Una personalidad sencilla a veces puede pasar inicialmente desapercibida, pero su fortaleza interior y su encanto es mucho más profundo y perdurable.
Sobriedad: Es el valor que nos enseña a administrar nuestro tiempo y recursos, moderando nuestros gustos caprichos para construir una verdadera personalidad.
Libertad: Un valor que todos reconocemos, pero que pocos sabemos defender, o del cual podemos abusar.
EcologíaEl valor que encuentra en la protección del medio ambiente una forma de servir a los demás.
Gratitud: De personas bien nacidas es ser agradecidas. ¿Cómo vivir mejor este valor?
Generosidad: Dar y darse. El valor que nos hace mejorar como personas.
Pulcritud: El vivir el valor de la pulcritud nos abre las puertas, nos permite ser más ordenados y brinda en quienes nos rodean una sensación de bienestar, pero sobre todo, de buen ejemplo.
Puntualidad: El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
Coherencia: Es el valor que nos hace ser personas de una pieza, actuando siempre de acuerdo a nuestros principios.
Sensibilidad: Es el valor que nos hace despertar hacia la realidad, descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar y social.
Voluntad: La voluntad nos hace realizar cosas por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo.
Aprender: El valor que nos ayuda a descubrir la importancia de adquirir conocimientos a través del estudio y la reflexión de las experiencias cotidianas.
Docilidad: Es el valor que nos hace conscientes de la necesidad de recibir dirección y ayuda en todos los aspectos de nuestra vida.
Crítica constructiva: Hacer una crítica constructiva para ayudar a los demás es una actitud madura, responsable y llena de respeto por nuestros semejantes.
Comunicación: Una buena comunicación puede hacer la diferencia entre una vida feliz o una vida llena de problemas.
Compasión: La compasión se enfoca en descubrir a las personas, sus necesidades y padecimientos, con una actitud permanente de servicio.
 Orden: A todos nos agrada encontrar las cosas en su lugar, pero lo más importante es el orden interior y es el que más impacta en nuestra vida.
Servicio: Brindar ayuda de manera espontánea en los detalles más pequeños, habla de nuestro alto sentido de colaboración para hacer la vida más ligera a los demás.
Serenidad: Este valor nos enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas, mostrándonos cordiales y amables con los demás.
Paciencia: Si nuestra época pudiera tener un nombre se llamaría "prisa". ¿Cómo esperamos que nuestra vida tenga más cordura y sea más amable a los demás si todo lo queremos "ya"?
Experiencia¡Qué personalidad tan fuerte y atractiva presenta la experiencia! Parece tan lejano el día en el que seamos maduros y más prudentes. Es el aprendizaje de la vida...
AmistadLos elementos que forjan amistades para toda la vida.
Respeto y Tolerancia: La base para convivir en sociedad. ¿Cómo afrontar las diferencias de ideas, costumbres y creencias que vemos en la sociedad?
Alegría: Toda persona es capaz de irradiar desde su interior la alegría, y su fuente más común, más profunda y más grande es el amor.
Autenticidad: Las experiencias, el conocimiento y la lucha por concretar propósitos de mejora, hacen que con el tiempo se vaya formando una personalidad propia.
Sinceridad: Es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza.
Felicidad: El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante...
Honestidad: La honestidad es una de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer.
Solidaridad: Un valor que nos ayuda a ser una mejor sociedad y que no solamente debe vivirse en casos de desastre y emergencia
Fidelidad: Vivir la fidelidad se traduce en la alegría de compartir con alguien la propia vida, procurando la felicidad y la mejora personal de la pareja.
Sociabilidad: Este valor es el camino para mejorar la capacidad de comunicación y de adaptación en los ambientes más diversos.
Prudencia: Adelantarse a las circunstancias, tomar mejores decisiones, conservar la compostura y el trato amable en todo momento, forjan una personalidad decidida, emprendedora y comprensiva.
Autodominio: Formar un carácter capaz de dominar la comodidad y los impulsos propios de su forma de ser para hacer la vida más amable.
Objetividad: La Objetividad es el valor de ver el mundo como es, y no como queremos que sea.
Sacrificio: Siempre es posible hacer un esfuerzo extra para alcanzar una meta.
Consejo: Una palabra acertada y expresada en el momento justo, logrará un cambio favorable en la vida de quienes nos rodean.                                  
Patriotismo : El valor que nos hace vivir plenamente nuestro compromiso como ciudadanos y fomentar el respeto que debemos a nuestra nación.
Desprendimiento:  El valor del desprendimiento nos enseñará a poner el corazón en las personas, y no en las cosas materiales.
Optimismo: Forjar un modo de ser entusiasta, dinámico, emprendedor y con los pies sobre la tierra, son algunas de las cualidades que distinguen a la persona optimista.
Flexibilidad: La Flexibilidad es la capacidad de adaptarse rápidamente a las circunstancias, para lograr una mejor convivencia y entendimiento con los demás.
Liderazgo: Todo líder tiene el compromiso y la obligación de velar por la superación personal, profesional y espiritual de quienes lo rodean. Es una responsabilidad que como personas debemos asumir.
Superación: La superación no llega con el tiempo, el simple deseo o con la auto motivación  requiere acciones inmediatas, planificación, esfuerzo y trabajo continuo.
Autoestima: No basta tener seguridad en nuestras capacidades, el valor de la autoestima  está fundamentado en un profundo conocimiento de nosotros mismos
Compromiso: Comprometerse va más allá de cumplir con una obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado.
Laboriosidad: Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños detalles es cuando se convierte en un valor.
Responsabilidad: Todos comprendemos la irresponsabilidad cuando alguien no cumple lo que promete ¿Pero sabemos nosotros practicarla?
Carácter:Transformar la imagen de una personalidad emprendedora, llena de energía, de fuerza y vitalidad, a una forma de ser propia y natural.
Comprensión: Cuando alguien se siente comprendido entra en un estado de alivio, de tranquilidad y de paz interior. ¿Qué hacer para vivir este valor en los pequeños detalles de la vida cotidiana?
Confianza: Los hombres no podríamos vivir en armonía si faltara la Confianza.
Bondad: La bondad perfecciona a la persona porque sabe dar y darse sin temor a verse defraudado, transmitiendo aliento y entusiasmo a quienes lo rodean.
Lealtad: Desconocer este valor es quedarnos solos, el cual debemos vivir nosotros antes que nadie.
La Paz: Un valor fundamental para las personas, las familias y las naciones ¿Cómo puede cultivar se este valor desde nuestro interior?
Perdón: Los resentimientos nos impiden vivir plenamente sin saber que un simple acto del corazón puede cambiar nuestras vidas y de quienes nos rodean.
Perseverancia: Es tiempo de que los buenos propósitos se vuelvan realidad.
Valentía: Personas ordinarias haciendo cosas extraordinarias: El valor que forja familias, empresas y naciones diferentes.
Empatía: El valor de la e empatía nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que con cada una de ellas tenemos.
Experiencia: ¡Qué personalidad tan fuerte y atractiva presenta la experiencia! Parece tan lejano el día en el que seamos maduros y más prudentes. Es el aprendizaje de la vida...
La sana diversión: La importancia de buscar actividades recreativas que nos permitan seguir creciendo en los valores humanos.
Año Nuevo: Poner últimas piedras: En este año nuevo, revisamos el valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos.




VALORES.

¿Qué se entiende por "Valor"?
Aun, cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente en filosofía, los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio.
Los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Por ejemplo, la virtud y la felicidad son valores; pero no podríamos enseñar a las personas del mundo actual a ser virtuoso (sas) según la concepción que tuvieron los griegos de la antigüedad. Es precisamente el significado social que se atribuye a los valores uno de los factores que influye para diferenciar los valores tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado, generalmente referidos a costumbres culturales o principios religiosos, y los valores modernos, los que comparten las personas de la sociedad actual.
¿Qué se entiende por valor?
Este concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad (Vásquez, 1999, p. 3). Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.
¿Desde cuáles perspectivas se aprecian los valores?
La visión subjetivista considera que los valores no son reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o desagrado que producen. Desde esta perspectiva, los valores son subjetivos, dependen de la impresión personal del ser humano. La escuela neokantiana afirma que el valor es, ante todo, una idea. Se diferencia lo que es valioso de lo que no lo es dependiendo de las ideas o conceptos generales que comparten las personas. Algunos autores indican que "los valores no son el producto de la razón"; no tienen su origen y su fundamento en lo que nos muestran los sentidos; por lo tanto, no son concretos, no se encuentran en el mundo sensible y objetivo. Es en el pensamiento y en la mente donde los valores se aprehenden, cobran forma y significado. La escuela fenomenológica, desde una perspectiva idealista, considera que los valores son ideales y objetivos; valen independientemente de las cosas y de las estimaciones de las personas. Así, aunque todos seamos injustos, la justicia sigue teniendo valor. En cambio, los realistas afirman que los valores son reales; valores y bienes son una misma cosa. Todos los seres tienen su propio valor. En síntesis, las diversas posturas conducen a inferir dos teorías básicas acerca de los valores dependiendo de la postura del objetivismo o del subjetivismo axiológico.
¿Cuáles son las características de los valores?
Qué hace que algo sea valioso? La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía  de los valores. Algunos de esos criterios son:
(a)   Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más
permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.
(b)   Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.
(c)    Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.
(d)    Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.
(e)    Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor conlleva un contravalor.
(f)     Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidadlibertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.
(g)   Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad.
(h)   Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas.
(i)     Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.
(j)     Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones.
¿Cómo valora el ser humano?
¿Cómo expresa sus valoraciones? El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales. Las valoraciones se expresan mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser humano.
¿Cómo se clasifican los valores? ¿Cuáles ti pos de valores existen?
No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las variaciones del contexto. Múltiples han sido las tablas de valores propuestas. Lo importante a resaltar es que la mayoría  de las clasificaciones incluye:
 (a) Valores de lo agradable y lo desagradable
 (b) Valores vitales
 (c) Valores espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto, valores del conocimiento puro de la verdad
(d)  Valores religiosos: lo santo y lo profano.
La clasificación más común discrimina valores lógicos, éticos y estéticos. También han sido agrupados en: objetivos y subjetivos (Frondizi, 1972); o en valores inferiores (económicos y afectivos), intermedios (intelectuales y estéticos) y superiores (morales y espirituales). Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales) y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común). La clasificación detallada que ofrece Marín I báñez (1976) diferencia seis grupos:
 (a) Valores técnicos, económicos y utilitarios
 (b) Valores vitales (educación : educación para la salud)
 (c) Valores estéticos (literarios, musicales, pictóricos)
(d) Valores intelectuales (humanísticos, científicos, técnicos)
 (e) Valores morales (individuales y sociales)
 (f) Valores trascendentales (cosmovisión, filosofíareligión) (p. 53).
"Tiene razón el liberalismo cuando dice que la sociedad es para el hombre y no el hombre para la sociedad, pero diciendo la mitad de la verdad a la otra mitad: que el hombre que se refugia en su "interior privado" y se pone como horizonte el "bien particular" entendiéndose del Bien Común está violando su dignidad de hombre y da la espalda a la tarea ética que le correspondería en cuanto hombre digno." (Mikel de Viana, 1991, p. 15)

lunes, 8 de abril de 2013


COMPROMISO

COMPROMISO: Poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado y nuestra conciencia ha aceptado.
Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado al grado de sorprender, porque vive, piensa y proyecta sus energías para sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo aquello que su reflexión le dicta.
Todos tenemos compromisos de diversa índole. Aún así, hay personas que esperan exista un contrato una promesa o una ineludible consecuencia para saberse en un compromiso. El verdadero compromiso nace desde nuestro interior y tiene como fundamento el conocimiento y la reflexión. No puede existir el compromiso desde la ignorancia.
El hecho de aceptar “formalmente” un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y obligaciones que conlleva. La realidad es que creemos cumplir a conciencia por ajustarnos a un horario, obtener un sueldo, asistir a la escuela y estar un rato en casa. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, el egoísmo y la ignorancia.
No basta con cumplir con lo previsto, lo estipulado, lo obvio... todo compromiso tiene muchas implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son de los más importantes que tenemos:

Como padres de familia: No basta proporcionar los medios materiales; los hijos necesitan que los padres les dediquen parte de su tiempo para jugar, conversar y enseñar. ¿Cuántas veces hemos cancelado un compromiso personal para estar con la familia? Normalmente sucede lo contrario. Parte del compromiso de ser padres, implica buscar la amistad de los hijos.

Como esposos: Partiendo de la fidelidad como fundamento indispensable, hace falta avivar el amor y la comprensión, cuidar el aspecto personal ni más ni menos que antes del matrimonio, hacer pequeños obsequios, salir juntos al cine o a cenar, terminar una pequeña riña con un beso y un abrazo... Y tantos detalles que parecen olvidarse con el paso del tiempo.

Como hijos: Además de la sinceridad, el respeto, las faenas asignadas en el hogar y el esfuerzo en los estudios, ¿qué otras cosas haces? Los padres también necesitan cuidados, detalles de cariño, pequeños servicios y comprensión.

Como amigos: ¿Nuestras amistades son “utilitarias”?, es decir, si sólo recordamos a los amigos cuando algo se nos ofrece. La amistad se cultiva. El mutuo afecto es estar pendiente de su bienestar personal y familiar.

Como ciudadanos: Evitar la indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país o del mundo sin hacer algo para cambiarlo. Lo peor que nos puede suceder es creer que poco podemos hacer como si no fuéramos parte activa y necesaria del mismo. La reflexión nos dará la solución para poder poner nuestro compromiso para mejorar el mundo en el que vivimos.

Como trabajadores: No olvidar procurar un ambiente amable y las buenas relaciones. Parte de nuestro compromiso es la actualización de conocimientos para el perfeccionamiento profesional.
Estos son solo unos pocos. ¡Cuántos son los compromisos y cuántas cosas implican! Si parece mucho, hemos vividos con los ojos cerrados a la responsabilidad y pensando sólo en recibir beneficios, con el temor a dar más de nosotros mismos, a dar más de lo que recibimos. 
Seamos honestos, en esto no existe temor sino egoísmo.
La persona comprometida es generosa, busca como dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar... en otras palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga, sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a los demás.
Debemos de tener muy claro que el compromiso no es real cuando surge de la obligación y la ignorancia. Nada mejor para ilustrar dicho comentario que una antigua fábula.


LA ZORRA Y EL CHIVO EN EL POZO

Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar dentro por no poder alcanzar el borde.
Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella ocultando su verdadero problema se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba.
Sin pensárselo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir de allí.
Dijo la zorra entonces:
-Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de ti y te alzaré.
El chivo la creyó y así lo hizo de buen grado y diligencia, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido.
Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio, se volvió la zorra y le dijo:

-¡Oye socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después!
Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus vecinos.

Fábula de Esopo.